Actualmente, las grandes distancias y el mundo siguen siendo los mismos que hace 30 años; sin embargo, los avances tecnológicos han hecho que estas distancias no sean impedimento de comunicación, sino todo lo contrario. Ahora podríamos decir que, seguimos igual de lejos pero también más cerca, tanto en lazos familiares o amicales como en términos académicos o de negocios.
Hace 30 años, por ejemplo, era bastante complicado para un productor de paltas ubicado en Chincheros, Ayacucho, o un productor de café, papas o algodón en otro pueblo del interior peruano, lograr siquiera iniciar negocios con alguien en Europa o Asia. Hoy en día, a través de correos, llamadas, teleconferencias, chats, etc. es posible que estos productores del interior del país puedan iniciar contacto, conversar, negociar, vender sus productos, entre otros, en tiempo real a cualquier persona alrededor del mundo.
Y, aunque todo suena tan fácil, en este camino podrían surgir dificultades, como las diferencias de horarios, las diferencias culturales y las diferencias de idiomas, solo por mencionar algunas. Usualmente, cuando empieza el contacto es que el emprendedor se da cuenta de la gran necesidad de mantener una comunicación efectiva con su potencial cliente, sobre todo si quiere causar una buena impresión en él y evitar errores en el servicio que le quiere brindar más adelante, así como mantener una buena relación y contacto.
Si bien es cierto, sería bastante complicado poder aprender los idiomas de todos esos posibles clientes alrededor del mundo, sabemos que no habría necesidad de hacerlo; en cambio, sólo bastaría con aprender el idioma de los negocios, el inglés. Este idioma se ha internacionalizado tanto que muchas de sus palabras se han insertado y emplean con naturalidad en casi todos los idiomas. Por ejemplo, todos sabemos qué es ‘internet’, ‘software’, ‘play station’, ‘google’, ‘chat’, hemos oído sobre los ‘angry birds’, o los ‘zombies’, en algún momento hemos oído o dicho ‘I love you’ y hemos oído del calientamiento global o ‘global warming’ y la cultura ecológica o cultura ‘green’.
Así, se debe entender que todo aquel que necesita comunicarse con personas de idiomas distintos tiene las mismas necesidades, transmitir su mensaje, hacerse entender y comprender el mensaje del otro, también posee los mismos conocimientos generales de términos que se han hecho conocidos por la publicidad del día a día alrededor del mundo.
Si un exportador necesita aprender un nuevo idioma, sólo necesita la motivación, un buen enfoque personalizado, un contexto donde emplearlo y creer en lo que podría lograr con ese nuevo conocimiento. Aprender inglés no es lo difícil, el luchar contra las, muchas veces, falsas creencias que uno mismo tiene sobre este proceso de aprendizaje es lo que lo complica. Y, entendamos, al ser un proceso tomará un tiempo, aunque menor al que usualmente se espera si el trabajo y esfuerzo son constantes. A algunos les tomará algo más que a otros, pero si el enfoque en el objetivo de lograr un negocio exitoso, pudiendo hacer llegar los productos de su tierra a países que quizás antes no imaginaron es fuerte, entonces el obstáculo será menor.
El mundo te espera y el inglés realmente te abre las puertas y te facilita la vida, ya sea en Perú recibiendo a un cliente extranjero o visitando o contactando a alguien de China, India, Alemania, Sudáfrica, Holanda, Australia, Canadá o Rusia. Si no lo creen, pregúntenle a quienes viajaron a ver el mundial.
Por: Carol Gutierrez, Academic Coordinator – World Communications
15 de agosto 2018