Ayer se inauguró en Lima el GLOBALG.A.P. Summit 2018. Se trata de la primera vez que un evento de esta magnitud se realiza en América. Es un reconocimiento al crecimiento de la agroindustria peruana sin duda, pero también un primer paso para enfrentar mayores desafíos en un entorno altamente competitivo y desconfiado.
Flavio Alzueta, vicepresidente de GLOBALG.A.P. -la asociación cuyos estándares de buenas prácticas sociales, ambientales y de inocuidad se han convertido prácticamente en norma mundial-, se encuentra en Perú para participar de la Cumbre Mundial 2018 que realizan por primera vez no solo en nuestro país, sino en América. En esta entrevista con Agraria.pe, habla de por qué escogieron al Perú para el evento, la desconfianza creciente del consumidor por los controles gubernamentales, cuán relevante considera el nicho orgánico y sus importantes avances en el mercado chino.
¿Cuál es la trascendencia de realizar por primera vez en el Perú un evento de esta magnitud?
Este evento lo organizamos cada dos años en distintas partes del mundo y es la primera vez que venimos a América Latina para hacerlo. En otras ocasiones hemos hecho eventos más chiquitos, pero con la conferencia global por primera vez estamos contentos de haber venido para acá. Primero porque Perú es uno de los mercados más importantes para nuestra organización por el número de productores que utilizan el sistema y además porque contamos con el apoyo de instituciones como PromPerú y AGAP para organizarlo.
¿De alguna manera es un reconocimiento al crecimiento de la agroindustria peruana?
Sin duda, porque (Perú) está haciendo bien las cosas en esto de la industria agroexportadora durante muchos años con un plan claro del Gobierno. Y, la verdad, desde mi punto de vista personal, es un reconocimiento ya que de hecho soy yo quien decidió hacerlo aquí porque creo que están haciendo las cosas tan bien que merecían hacer la primera vez del evento en América Latina.
¿En el plano de las certificaciones cuáles son los desafíos que enfrentan actualmente?
A nivel mundial hay muchos desafíos en cuanto al aspecto social, la forma en que se trata a los trabajadores a nivel global, depende de la cantidad de horas que trabajan, si se les da protección cuando utilizan pesticidas… todas esas cosas que antes no se discutían, son parte de nuestro sistema y en algunos países sí enfrentamos algunos desafíos de cómo implementar eso porque hay países donde ni si quiera existe la legislación. Esos son los desafíos, y obviamente la limitación de los recursos naturales, cómo vamos a hacer para cultivar más productos de una forma sostenible con menos recursos naturales.
De hecho el no cumplimiento de estas certificaciones significa en muchos casos el impedimento para el acceso a mercados importantes…
Sin duda, hoy si quieres venderle a los supermercados europeos, algunos estadounidenses, algunos japoneses y chinos, de Emiratos Árabes, sin la certificación de GLOBALG.A.P. no vas a poder porque es una forma de demostrarle a tu cliente que has hecho las cosas bien, que has cuidado que no haya riesgos de contaminación, que has utilizado bien el agua, cuidado a tus trabajadores, que hay trazabilidad. Esa es la razón por la que los clientes piden certificado de GLOBALG.A.P.
Se habla mucho de la agricultura orgánica, ¿la considera relevante para la industria?
Sin duda es relevante, al día de hoy es una industria de nicho, depende de los mercados. Un 5% a 7% de los consumidores adoptan eso; nosotros trabajamos en forma conjunta porque todos los clientes, supermercados, que compran producción orgánica, piden GLOBALG.A.P. como base. Eso les asegura algo que la agricultura orgánica no asegura, generalmente va de la mano. Y la otra tendencia es que la gente quiere comer menos residuos (de agroquímicos) en los productos y la tecnología está permitiendo eso, con lo cual vamos a ver si al final no hay una convergencia.
Es una tendencia cada vez más fuerte en los principales mercados
En Europa es algo de hace bastante tiempo, nosotros existimos hace 20 años. Pero leía una información que en América Latina los consumidores piensan en comer comida más sana, es algo que está creciendo. Ahora los consumidores en América Latina se empiezan a preguntar: si lo que está certificado por esta normativa está yendo al exterior, ¿qué es lo que comemos nosotros? En algunos países los consumidores dudan de los controles oficiales, entonces con un sistema privado con muchos controles la gente empieza a confiar; existen controles oficiales pero al final ninguna marca quiere asumir un problema con su cliente, por lo tanto es un problema bien fuerte.
¿Cuán importante es el mercado chino al que todos miran como el futuro en el sector?
Tenemos muy buena relación con el Gobierno de China hace muchos años, colaboramos en el desarrollo de normativas para China y la buena noticia es que hace tres meses se han incorporado como socios de GLOBALG.A.P. la asociación de supermercados chinos. Son 32 cadenas de supermercados que han decidido sumarse. De hecho el chairman está aquí porque reconocen que esta es una forma de mejorar el nivel de productos que tienen a nivel local inclusive para lo que importan, porque quizá los controles el gobierno chino lo hace muy bien a nivel local, con lo que produce, pero no sabe cómo producen en Perú, Turquía o la India. Con este sistema sabe que hay garantías mínimas que están cubiertas.
¿Cómo podrían impulsar aún más los productores peruanos la agroindustria?
Si no conocen el sistema les diría que vayan a la web y descarguen el estándar en español que es gratis, y lo comiencen a leer. Van a ver que muchas de las prácticas incorporadas son del día a día. Es decir, hay puntos de control que parecen básicos, pero la gente no los hace, como que si estuviste aplicando pesticidas tienes que lavarte las manos… hay un montón de cosas básicas, son buenas prácticas agrícolas. Les diría que no tenga miedo, e inclusive si su cliente no les pide el certificado que comiencen a implementar el sistema porque es un buen programa para gestionar los recursos.
Fuente: Agraria.pe / 06 de noviembre 2018