Los retos de la agricultura para el 2020

El año clave para la agricultura peruana.

Hace pocos días me invitaron a dar una charla en el evento de lanzamiento del Decenio de la Agricultura Familiar, al que asistieron productores de todas las regiones, algunos con la esperanza de encontrar algunas señales que les permitan acceder a una mejora en su condición actual, otros en busca de ser escuchados, otro grupo buscando tener seguridad jurídica de largo plazo, cada uno desde su perspectiva particular pero todos por igual buscando soluciones para sacar adelante el agro, acceder a un mayor bienestar con esta actividad y/o crecer con la agricultura.

Compartí con ellos ese espacio de diálogo sobre la situación del agro en el Perú, pero desde la perspectiva de la agricultura familiar y como ésta puede integrarse a la agricultura formal a través de las cadenas agrícolas ya conectadas con el mercado nacional e internacional. Cadenas formadas por empresas de todos los tamaños que día a día hacen esfuerzos enormes para no perder competitividad y seguir ampliando y manteniendo mercados. Expliqué, con dos ejemplos, de como esta integración a las cadenas productivas ayudarían a acelerar el proceso de tecnificación y de disminución de la pobreza, aumentando la productividad del campo e incorporándolos en un círculo virtuoso de la economía formal y los mercados.

Viéndolo desde una dimensión mayor, el objetivo estructural para el País se reduce a una sola palabra, la que debería marcar no sólo el año 2020 sino la siguiente década y, realmente, estar presente siempre: COMPETITIVIDAD.

La competitividad es la clave para sacar al país adelante, es la clave del crecimiento y por ende de la prosperidad. La competitividad atrae la Inversión Privada esta genera empleo formal reactivando la economía. Pero competitividad en serio, en donde el estado y el sector privado trabajen conjuntamente para que esto ocurra con la urgencia debida.

¿Por qué competitividad? porque si no se es competitivo permanentemente sucede lo que dice el dicho: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y así no sólo pierde el Perú, sino que perdemos todos. Eso es lo que ha pasado con el país en los últimos años. Hemos descendido en los rankings del Doing Bussines, del Word Economic Forum, entre otros indicadores de competitividad global, frente a los demás países, pero principalmente frente a nuestros países competidores. Por lo cual no solo basta tener un plan de competitividad, sino que se deben cumplir los objetivos con la urgencia del que puede quebrar o salir del mercado si no lo hace y, además, debe hacerse en coordinación con el sector productivo, ya que es el sector privado el que está en el mercado compitiendo día a día.

Por lo cual los temas a trabajar deben estar orientados a lo que nos daría mayor competitividad en el sector agro, muestro algunos de ellos:

  1. Aprobación de la continuidad de la ley 27360 Ley de promoción agraria.
  2. Disminución de sobre costos en la cadena logística.
  3. Destrabe de los proyectos de irrigación: Chavimochic III, Majes II, afianzamiento hídrico para Huancavelica e Ica, entre otros.
  4. Fortalecimiento del SENASA.
  5. Nombramiento de los Agregados Agrícolas para Asia, Norte América y Europa.
  6. Modernización del ANA y disminución de la informalidad en el uso del agua para la agricultura.
  7. Apertura y mejora de mercados internacionales para nuestros productos.
  8. Implementación del programa de erradicación y mantenimiento de la mosca de la fruta en toda costa peruana. Así como también las acciones de Prevención y monitoreo para evitar el HLB o dragón amarillo, el fusarium TR4, entre otros.
  9. Desarrollo de la infraestructura de comercio exterior en puertos, aeropuertos, carreteras, puentes, etc.
  10. Simplificación de los procesos burocráticos y regulación innecesaria.

Pero también, dentro de esta agenda reviste especial importancia integrar a los pequeños agricultores a las cadenas agroexportadoras, para esto programas como Agroideas y Sierra y Selva Exportadora son relevantes, aquí es donde el sector privado, por ejemplo, puede ayudar a través de las cadenas agroexportadoras ya formadas, capacitaciones, etc.

Este círculo virtuoso debe incluir el apoyo de los programas del estado para ayudar al pequeño agricultor con el desarrollo de modelos de negocio, una correcta asociatividad, financiamiento, asistencia técnica, capacitación y certificaciones, etc. que le permitan integrarse al mercado formal.

Si esto se logra podremos conseguir mayor crecimiento de la agricultura, agroindustria y la agroexportación peruana para los siguientes años.

El reto es enorme y está claro el camino de la competitividad agraria, pero debemos trabajar juntos, como lo hacen todos los países, en darle mayor competitividad al sector agro. Como dije ese día del evento en el lanzamiento del Decenio de la Agricultura Familiar: “Hoy en día la agricultura no es el problema sino, por el contrario, es parte de la solución para sacar a nuestro país adelante”.

Por: Gabriel Amaro, Director Ejecutivo de AGAP
Fuente: Revista Negocios Internacionales – ComexPerú / Diciembre 2019

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