Con US$480 millones en positivo, nuestra balanza comercial en junio se consolidó como la segunda de mayor resultado en lo que va del año (luego de febrero, cuando alcanzó los US$536 millones). Un 2017 que, por cierto, viene mostrando un desempeño bastante alentador, no solo en cuanto al crecimiento de las importaciones, sino también a la notable recuperación de nuestras exportaciones.
Solo en junio último, las exportaciones peruanas fueron un 38.2% mayores a las de junio de 2016, y en el primer semestre de 2017 ya superamos en un 28.3% el resultado del mismo periodo del año pasado.
Agroresultados
Entre los años 2006 y 2016, las agroexportaciones no han parado de crecer (salvo en 2009, debido a la crisis internacional). Con un crecimiento acumulado del 285%, pasaron de representar un 5% de las exportaciones totales en 2006, a un 13% en 2016. Incluso, el sector agropecuario se ubica en ese entonces como el quinto de mayor peso en la canasta exportadora peruana, al realizar envíos por US$1,220 millones, por debajo de los sectores de minería, petróleo y derivados, textil y pesquero.
No obstante, el buen desempeño de la agroexportación en 2007, le permitió superar a las exportaciones del sector pesquero; en 2009 a las del sector textil; y en 2015 a las del sector petrolero, por lo que actualmente se ubica como el segundo sector exportador más importante del país. Mención aparte merecen las exportaciones del sector textil, que alcanzaron su punto máximo en 2012 pero que, desde entonces, han perdido dinamismo y nos muestran indicios de recuperación.
Así, en 2016, las agroexportaciones por sí solas representaron un 43% de los envíos del rubro no tradicional. Seguidas, aunque de lejos, por el sector químico (12% del total), el sector textil (11%) y el siderometalúrgico (9%). Dicho desempeño se reafirmó en lo que va de 2017. Durante el primer semestre del año, las exportaciones agropecuarias acumularon un valor de US$2,182 millones, un 10.1% más que el primer semestre de 2016. Y tan solo en junio sumaron US$377.1 millones, un 15% más que en junio del año anterior.
Durante este semestre, EE.UU. fue nuestro destino por excelencia, con US$620.2 millone (+15%). Le siguieron Países Bajos (US$376.2 millones; +9.5%), España (US$161.8% millones; +7.2%) y Ecuador (US$128.6 millones; +35.3). Cabe destacar que nuestros productos agropecuarios llegaron a 127 países del mundo este primer semestre, aunque los cuatro destinos principales representaron el 59% del total.
Respecto a los productos de la canasta agroexportadora, fueron 406 en total los enviados a distintas partes del mundo entre enero y junio de 2017, aunque las paltas, uvas y mangos lideraron el ranking en esta ocasión, al alcanzar envíos por US$363.9 millones (+38.3%), US$237.7 millones (+21.6%) y US$138.5 millones (+8.8%), respectivamente. Sumados, estos tres productos representaron un 34% del total exportado en ese sector.
Cabe destacar el desempeño de ciertos productos que aparecen cada vez con mayor frecuencia en las estadísticas. Es el caso, por ejemplo, de los arándanos frescos, que comenzaron a crecer con fuera desde el año 2013, cuando se registraron envíos al exterior por US$17 millones y que alcanzaron al cierre de 2016 la suma de US$243 millones (un crecimiento acumulado del 1,297%). Asimismo, el cacao en grano, que se exportaba al mundo por US$35 millones en 2010 y en 2016 alcanzó los US$184 millones (+431%). También es el caso de la quinua, que exportamos por tan solo US$7 millones en 2009 y que en 2016 alcanzó los US$104 millones. Aunque estos últimos tres años no fueron particularmente positivos para la quinua, la tendencia parecería comenzar a revertirse este 2017.
¿Qué hicimos bien con este sector?
Es una de las preguntas claves que el Gobierno debe hacerse y es que su desempeño debe servir como ejemplo para el resto de sectores no tradicionales que aún no despegan, como el textil y el químico. Seguramente, el régimen agrario fue en gran medida unos de los factores fundamentales, puesto trajo consigo beneficios no solo en el ámbito comercial, sino también en la diversificación del sector, en su producción y valor agregado, en el empleo, los ingresos tributarios e inversiones asociadas a este. Esto sumado también a una importante inversión en innovación y modernización del sector. Un gran ejemplo de crecimiento y dinamismo que esperamos continúe.
Por: Pamela Navarrete, Analista de Estudios Económicos de ComexPerú
Revista Negocios Internacionales N°238 – ComexPerú / Agosto 2017